Mercado inmobiliario rural: “Todo indica que los activos, incluida la tierra, van a mejorar su valor”

“El mercado inmobiliario rural está activo, vivo”, aseguran desde una empresa con amplia trayectoria en el rubro. El dólar estable ayuda a que los negocios salgan “más rápidos” y que se reactiven los precios.
El mercado inmobiliario rural es uno de los tantos que mira con atención los vaivenes del dólar para definir su trayectoria.
Los inmuebles, se sabe, en Argentina marcan sus valores en la divisa estadounidense, y más aún en el sector agropecuario, donde los precios de los granos también se fijan en función de la moneda verde.
Por eso, lo sucedido en las últimas semanas con la introducción de un nuevo esquema cambiario, que estabilizó el valor del dólar cerca del piso de la banda de flotación -entre $ 1.000 y $ 1.400-, inevitablemente está teniendo y tendrá impacto en el devenir inmediato de la compraventa de inmuebles rurales.
Así lo reconoció a Infocampo Miguel Conte, uno de los directores de Conte Bienes Raíces, una empresa con 50 años de trayectoria y que viene expandiéndose en el mercado inmobiliario rural, con operaciones no solo en toda la Argentina, sino también en Uruguay y Paraguay.
EL MERCADO INMOBILIARIO RURAL: SITUACIÓN Y PRECIOS
-Haciendo un corte al primer trimestre, ¿cómo está el mercado inmobiliario rural en Argentina?
-En principio, se observa un cambio grande. Justo nosotros hicimos un comercial importante, con el que empezamos una atracción de negocios diferente, pero eso fue acompañado de una demanda mejor que, para mí, la explicación es sencilla: el mercado avizoraba un cambio de época. Siempre hay inversores que comienzan a moverse con mucha antelación cuando ven situaciones así y son los que ahora más se han beneficiado; sobre todo, por ejemplo, en el norte del país. Ahora lo que sucedió es que quizás el repunte arrancó un poquito más tarde, porque hubo cierta expectativa a ver la evolución del Gobierno y sus decisiones, más que pronto se vienen las elecciones legislativas. El resultado es un año que arrancó un poco más tímido que ejercicios anteriores, aunque eso no implica que el volumen de cola de negocios sea menor. Por el contrario, el volumen probablemente sea igual o superior al del año pasado.
-¿Qué puede pasar con los precios en este contexto, sobre todo a partir de los cambios en el esquema cambiario?
-El mercado está bien, activo, vivo, y a partir del fin de la brecha cambiaria, todo indica que los activos, no solo los rurales, van a estar bien vistos y para mejorar su valor en Argentina. Mi consideración personal es que el Gobierno se está blindando en reservas y no va a haber ningún movimiento en términos de que nos asuste el dólar, lo que es y seguirá siendo muy bueno para todos los activos, incluso los rurales. Por eso creo que estamos en un escenario buenísimo, que, si encima se confirma con las legislativas, lo que va a pasar que los activos que no subieron lo suficiente, tendrían que subir. En el caso de los rurales, los que están al sur de la región pampeana, porque los del norte sí se revalorizaron, pero los del sur no. Si uno observa lo que vale la tierra en Uruguay o Paraguay, por ejemplo, todavía falta camino por recorrer en los precios.
-Generalmente, en mercados dolarizados, una vez que se estabiliza un valor, es cuando empiezan los reacomodamientos. ¿De cuánto podrían ser las subas? ¿Y cuál es el gap de precio que hay en relación con otros países?
-En principio hay que recordar que, con todas las distorsiones que hubo en los últimos años, los negocios se pusieron muy complicados, aunque algunos eventualmente se hicieran rápidos aprovechando las ventanas que generaban las devaluaciones. Entonces, tener variables sólidas y definidas en la economía hace que todo sea más fácil. En Paraguay, por ejemplo, donde hay reglas claras, los negocios se terminan en el momento en que uno acuerda el valor y las condiciones del negocio. En Argentina, una vez que terminamos eso, tenemos todo un equipo atrás para poder entender cómo resolver lo fiscal, cómo resolver lo financiero. Por eso, valga la redundancia, tener reglas claras en la economía no hace más que hacer más sencillos los negocios, también más rápidos y también de más volumen. Por eso, vemos todo esto como superpositivo.
-Sé que es difícil ponerles cifras a estas cosas, pero si uno tuviera que definir el valor de la tierra en Argentina y el retraso que tiene. ¿Cuánto debería repuntar?
-Depende mucho de cada zona, pero inevitablemente va a tener que acomodarse, más con un dólar estable. El NEA por ejemplo debería tener un acomodamiento grande, que en Entre Ríos ya se está viviendo. Por eso creo que los negocios van a estar siendo más fuertes inicialmente en esa zona. Después en zona núcleo hubo unas subas de 15 a 20%, y aún tiene un gap de otro 20% para llegar a una normalidad. Lo mismo pasa en otras zonas del centro, como Mendoza. En el norte del país, puntualmente el NOA, en cambio, creo que ya llegamos a un límite. De todos modos, en ningún caso creo que vayamos a ver una suba violenta de los valores.
-¿Y con respecto al tipo de campos, su uso de suelo? ¿Hay alguna demanda más marcada?
-La oportunidad está siendo ahora con los mixtos y los ganaderos, que no estaban tanto en la mira; tenían una demanda mucho más baja que los agrícolas. Ahora empiezan a ser una alternativa y, en la medida en que se consolide el nuevo contexto, seguro se acelerarán las operaciones.
-Otro tema que está muy en discusión por estos días, ante el inicio de la nueva campaña, es el de los arrendamientos agrícolas. Con el escenario de baja rentabilidad, los productores quieren bajarlos y los dueños no quieren ceder…
-Nosotros no hacemos negociaciones de alquileres, pero eso no quiere decir que no estemos en el mercado y no conozcamos del tema. La discusión está brava y va a seguir así, al menos hasta que se consolide a dónde se parará el dólar. Pero la realidad es que la lógica es que bajen, hay lugares donde sí o sí es indefectible que lo hagan; por ejemplo, el NEA, donde los productores quedaron muy golpeados por una nueva sequía.