Una escuela que enseña la economía circular: en Landeta, las silobolsas se convierten en delantales
Un colegio secundario del noroeste de Santa Fe inició el proyecto “Agrodex” para reciclar silobolsas y transformarlas en ropa de trabajo. Empezaron de a poco y ya tienen un pedido de 2.000 unidades.
Una idea nacida en el aula, una problemática ambiental visible en el territorio y un espacio institucional que potencia las soluciones locales, con la economía circular como concepto clave.
Así podría resumirse el camino que recorrieron los alumnos de la Escuela de Educación Técnico Profesional N° 301 “Mariano Moreno”, de Landeta, una pequeña localidad del noroeste santafesino, para transformar silobolsas en desuso en prendas de trabajo impermeables.
Según informó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) a través de su plataforma de prensa, el punto de partida fue Agromakers, el programa que impulsa la Fundación de la propia entidad y la Universidad Austral, con el acompañamiento del mercado de valores A3 y la Provincia, para fomentar el pensamiento innovador en escuelas secundarias de Santa Fe.
Así fue que, en 2023, el grupo presentó “Agrodex”, un proyecto de reciclaje textil para confeccionar ropa de trabajo reutilizando silobolsas.
La propuesta fue distinguida con el primer premio entre más de 25 finalistas, y se convirtió en una de las historias más resonantes del certamen.
Del campo a la percha: jóvenes de Santa Fe desarrollaron ropa a base de silobolsas
LAS SILOBOLSAS, MATERIA PRIMA DE INDUMENTARIA
“Los chicos observaban silobolsas tiradas y que se volaban en los campos cuando iban y venían de sus pasantías. Ahí surgió la idea: ¿por qué no recuperarlas y hacer ropa de trabajo?”, recordó Valeria Ellena, directora de la institución.
Detrás de esa distinción hubo mucho más que una buena idea: los estudiantes diseñaron moldes, recolectaron silobolsas en campos de la zona, los limpiaron, cortaron y ensayaron distintas confecciones articulando con toda la comunidad para lograr los entregables.
Así pudieron desarrollar los primeros prototipos de capas con capucha, pantalones y delantales, con el acompañamiento de docentes y exalumnos. Como el material requería costura industrial, una parte del trabajo fue tercerizada, pero toda la organización del proceso productivo quedó en manos del grupo.
En 2024, y nuevamente en el marco de Agromakers, la escuela volvió a presentar su iniciativa, esta vez enfocada exclusivamente en delantales impermeables, un insumo clave para las actividades prácticas que forman parte de la formación agroindustrial.
El proyecto obtuvo el segundo lugar, y gracias a la difusión que generó su participación en el programa, una empresa privada se contactó para encargar 2.000 delantales, lo que significó un salto decisivo hacia la producción a escala.
“Ese pedido movilizó a toda la escuela. Conseguimos una máquina de coser con un subsidio provincial y organizamos la producción dividiendo tareas. Incluso los asistentes escolares y estudiantes de otros cursos ayudan a cortar y marcar piezas. Fue un proyecto que realmente tomó una dimensión inesperada”, acotó Ellena.
Así, decidieron mantener en la escuela las tareas de corte, marcado y armado de piezas, y encargar la costura a modistas locales. La experiencia, además de su valor pedagógico, mostró la capacidad de articulación y compromiso que genera un proyecto cuando logra conectar conocimiento, territorio y oportunidad.
“El impacto de Agromakers como catalizador de este proceso fue clave. Desde su primera edición, el programa de la BCR no solo estimula la creatividad en jóvenes y promueve el espíritu emprendedor, sino que también les brinda una plataforma para visibilizar sus propuestas, conectarlas con actores del ecosistema productivo y desarrollar habilidades concretas de gestión, diseño y planificación”, destacaron desde la Bolsa rosarina.
También remarcaron la oportunidad que genera esta idea, en un contexto donde se estima que unas 19.000 toneladas de silobolsas se desechan cada año en Argentina, y la perspectiva es que esta cifra crezca en la medida que también lo haga la producción agropecuaria.
“Agrodex representa una solución innovadora, educativa y sustentable. Y demuestra que, el espíritu emprendedor se desarrolla y con el acompañamiento adecuado, una idea escolar puede convertirse en un emprendimiento con impacto real”, cerraron.
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