Eugenia, una “domadora” de la vida que busca “devolverles a los caballos todo lo que han hecho en mí”

A los seis años, Eugenia Fuentes padeció una rara enfermedad que la obligó a usar muletas durante casi toda su infancia. Los caballos fueron su salvación. “Sanan a todos los niveles, no solo en lo físico, sino también en cuestiones emocionales”, relata en una nueva entrega de ELLAS.
En su General Acha natal, en La Pampa, Eugenia Fuentes tenía una vida campestre y feliz junto a su familia y amigos, pero una complicación de salud puso un freno repentino a su andar por el campo.
Una extraña enfermedad la obligó a usar muletas entre los 6 y los 10 años. Su familia intentó de todo, y la espera y la búsqueda de soluciones derivaron en una relación que se mantiene hasta el día de hoy a pura lealtad: la de Eugenia con los caballos.
El mundo equino, a partir de allí, marcaría la senda de su vida.
“Los caballos sanan a todos los niveles, no solo en lo físico, sino también en cuestiones emocionales”, planteó en un mano a mano imperdible con Lilian Márquez, en una nueva edición de “Ellas: un mate, una historia”.
EUGENIA Y SU AMOR POR LOS CABALLOS
Eugenia es la protagonista de esta nueva emisión del ciclo que anteriormente contó la historia de Margarita González. Se trata de una charla íntima y en profundidad, producida por Infocampo en colaboración con New Holland, en el marco de “Mujeres en Campaña”.
Hoy, Eugenia vive en Las Heras, provincia de Buenos Aires, y desde allí imparte conocimientos sobre cómo es vivir rodeada de caballos.
El tiempo y la unión con este animal la convirtió en una domadora profesional, pero a la vez entrenadora y formadora de personas que desean trabajar con caballos, como puerta de entrada para un mundo verdaderamente apasionante.
La suya es una historia de superación y lealtad a la naturaleza. “Por eso hay tantas actividades con los caballos, como el coaching, las constelaciones, todo lo que tiene que ver con eso tiene un detrás sanador que lo podes ver desde otro lado, entonces imaginate lo que fue para mi sentir que podía montar cualquier caballo”, recordó sobre aquellos tiempos de sanación, pero también de descubrimiento.
“Yo con las muletas corría, me trepaba…fue una experiencia hermosa para mí, no tengo un mal recuerdo. Y agradezco haberla vivido porque en mi camino siempre fue decir ‘quiero devolver todo lo que los caballos han hecho en mi vida’, y hacen hoy”, reflexionó.