El “posicionamiento perfecto” de la genética en maíz: en 30 años, se duplicaron los rendimientos

Nidera Semillas destacó en el Congreso Internacional de Maíz el rol del mejoramiento genético como motor de crecimiento del cultivo y presentó su estrategia de “posicionamiento perfecto” para seguir reduciendo la brecha de productividad.
La ganancia genética del maíz en los últimos 30 años ha sido incomparable en relación con otros cultivos: en ese período, se duplicaron los rendimientos y se triplicó la superficie de siembra.
Este fue uno de los mensajes centrales que compartió Pablo Colomar, gerente de ventas de Nidera Semillas, durante el panel “Aportando valor desde el mejoramiento genético”, en el marco del Congreso Internacional de Maíz que se realizó en el Salón Metropolitano de Rosario.
Colomar explicó que estos avances no se deben únicamente al mejoramiento genético, sino también a hitos tecnológicos como la siembra directa, la fertilización balanceada y los eventos biotecnológicos que permiten controlar plagas y enfermedades.
Sin embargo, insistió en que “todo este proceso, sin el aporte del mejoramiento genético, no se hubiera logrado”.
Un ejemplo concreto es la eficiencia en el uso del agua: “Hace 30 años, con 600 milímetros de lluvia, se alcanzaban entre 6 y 7 toneladas por hectárea. Hoy, con el mismo régimen hídrico, no es raro lograr 12 o 13 toneladas”, señaló.
MAÍZ: QUÉ ES EL “POSICIONAMIENTO PERFECTO”
Para Colomar, el desafío de la compañía es reducir la brecha entre los resultados de las parcelas de investigación y los rendimientos en lotes comerciales, que actualmente se ubica en torno al 25%.
La clave está en lo que llaman “posicionamiento perfecto”, una metodología que consiste en analizar el índice ambiental del lote, simular la fecha óptima de siembra, definir el híbrido más adecuado, establecer la densidad y planificar la fertilización, y consensuar con el productor una estrategia ofensiva, moderada o defensiva en función del contexto productivo y de mercado.
Pablo Colomar, gerente de ventas de Nidera Semillas, y Joaquín Lesser, gerente de marketing de Nidera Semillas
La estrategia de Nidera también incluye un seguimiento tecnológico de cada cultivo, que va desde vuelos de dron para evaluar la calidad de siembra y emergencia hasta el procesamiento de la información al momento de la cosecha. Estos datos alimentan los programas de mejoramiento genético, retroalimentando el sistema con base en las necesidades reales de los productores.
“El mejoramiento genético es la base para crecer en los rendimientos de maíz. Pero si a eso le sumamos el conocimiento, el uso de la información y la capacidad de anticiparnos a las necesidades del mercado, tenemos la clave del éxito para seguir generando valor en las próximas décadas”, concluyó Colomar.
Para Nidera, poner a los productores primero genera un círculo virtuoso que no solo nutre al programa de mejoramiento, sino que también les devuelve una respuesta de calidad a sus necesidades.
En esa línea, la marca planea sumar dos nuevos híbridos en 2026 que vendrán a sumarse a los últimos materiales presentados esta campaña: el NS 7765 VIPTERA3 y el NS 2223 VIPTERA3, que integran una de las paletas más importantes del mercado.
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