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El maíz se transforma: el agregado de valor es récord, de la mano de la alimentación animal

Fuente: Infocampo 10/09/2025 07:51:05 hs

Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario revela que el consumo doméstico de maíz para forraje alcanzará un máximo de 12,3 millones de toneladas en la campaña 2024/25, consolidando al cereal como motor de la producción de carnes, leche, huevos y alimentos balanceados.

Un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) confirma una buena noticia para la agroindustria argentina: el maíz está logrando transformarse más en Argentina y exportándose menos como grano,.

El informe, elaborado por los economistas Tomás Rodríguez Zurro, Emilce Terré y Julio Calzada, recuerda que el uso del cereal como insumo forrajero está directamente ligado al crecimiento de la producción de proteínas animales, con el sector avícola y la lechería, que son los que muestran los mayores avances interanuales.

Según las proyecciones, el reparto del consumo de maíz en 2024/25 será el siguiente: avicultura (carne y huevos) y carne bovina concentrarán cerca de un tercio cada uno, la lechería un 19%, el sector porcino un 13% y otros consumos —principalmente alimentos para mascotas— un 3%.

Este fenómeno refleja no solo una mayor absorción interna del cereal, sino también la consolidación de un proceso de agregación de valor que convierte al maíz en carne, leche, huevos y alimentos procesados con destino tanto al mercado interno como a las exportaciones.

LAS PROTEÍNAS “ASPIRADORAS” DE MAÍZ

Los feedlots se llevan casi 4 millones de toneladas

En el caso de la carne bovina, el consumo de maíz forrajero representa el 32% de la demanda doméstica.

El informe subraya el crecimiento del rol de los sistemas de engorde a corral, que requieren un uso más intensivo de maíz y han ganado protagonismo en los últimos años.

“Estamos en un año bisagra para el maíz”: ¿el consumo interno superará a la exportación?

Para la campaña 2024/25 se proyecta una faena de 14 millones de cabezas, lo que implica un consumo de 3,9 millones de toneladas de maíz.

El avance del feedlot estuvo acompañado por la expansión agrícola, que desplazó la invernada hacia zonas más marginales y consolidó la intensificación del sistema.

La avicultura “vuela”

El sector avícola, gran demandante de maíz, atraviesa una etapa de fuerte crecimiento. El stock de gallinas ponedoras se estima en 60 millones para 2025, lo que permitirá producir 18.000 millones de huevos, frente a los 47 millones de ponedoras registradas en 2020.

En paralelo, la producción de carne aviar también se fortalece: se prevé una faena de 746 millones de cabezas en 2024/25, lo que llevará el consumo de maíz del sector a 2,7 millones de toneladas. La producción de huevos demandará otras 1,7 millones de toneladas.

La lechería recupera terreno

La producción primaria láctea muestra signos claros de recuperación. Para el ciclo 2024/25 se espera una producción de 11.150 millones de litros de leche, que absorberán alrededor de 1,9 millones de toneladas de maíz, equivalente al 16% del consumo forrajero total.

Este repunte contribuye a sostener la demanda interna de grano, asegurando la transformación del cereal en proteínas de alto valor nutricional y comercial.

Los cerdos, un nicho en crecimiento

El sector porcino viene mostrando un crecimiento sostenido de 5% anual en la faena durante los últimos seis años, impulsado por inversiones y por una mayor incorporación de carne de cerdo en la dieta argentina.

Para 2024/25, la faena alcanzaría los 8,45 millones de cabezas, con una demanda estimada de 1,6 millones de toneladas de maíz.

Las mascotas hacen su aporte

Por otro lado, el segmento de alimentos balanceados para mascotas continúa en expansión. Con el aumento del número de mascotas en los hogares argentinos, se proyecta que este rubro consuma 425.000 toneladas de maíz en la campaña actual.

En síntesis, el trabajo de la Bolsa de Comercio de Rosario resalta cómo el maíz deja de ser solo un grano para convertirse en un verdadero multiplicador de valor en la economía argentina.

Su transformación en proteínas animales y alimentos balanceados refleja la creciente integración de la cadena agroindustrial, con beneficios que impactan tanto en la producción primaria como en el mercado doméstico y las exportaciones.

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