Estudió Ciencias Políticas en EEUU, pero los remates son su pasión: Josefina, una pionera en la ganadería

Desde Entre Ríos, Josefina Idalrraz comanda la tercera generación de una familia dedicada a la producción agropecuaria, pero fundamentalmente a la venta de hacienda. Fue la primera mujer en integrar el director del mercado ganadero de Rosario (Rosgan).
Le gustan la decoración y la moda. Nació y se crió entre corrales y en la adrenalina de los remates. Ese ámbito fue su lugar de juegos, su escuela y donde aprendió a sentir el campo.
Más adelante, estudió Ciencias Políticas en Texas (Estados Unidos), pero ni bien terminó después de cuatro años (en 2013, con 22 años), volvió a empaparse de todo lo que tenía que ver con la empresa familiar, Ildarraz Hnos.
Creada por su abuelo en 1950 y continuada por su padre, Josefina Ildarraz fue aprendiendo todo, primero en lo administrativo, luego oficinas afuera, en los remates, y poco a poco en el campo.
Actualmente, es la tercera generación y vicepresidenta de una compañía que cuenta con campos propios en Entre Ríos y Corrientes, con agricultura, invernada y cría de vacunos, y caballos cuarto de milla, con base central en Concordia, pero con agencias distribuidas Buenos Aires, Chaco, Córdoba, La Pampa y Santa Fe. La principal actividad de la firma es la comercialización de hacienda y campos.
En 2008, esta empresa se convirtió, junto con la Bolsa de Comercio de Rosario, en uno de los socios fundadores del único mercado ganadero televisado del país, el Rosgan. Y fue la primera mujer en formar parte del directorio en 2022. Hoy es vicepresidenta de Ildarraz Hnos.
Su camino, sus desafíos y su opinión sobre el presente y futuro de la ganadería, en esta entrevista a continuación.
-Creciste entre corrales, animales y remates. Cerrás los ojos y ¿qué te acordás de niña? ¿Haciendo qué?
-Era mi casa, mi lugar de juegos, y también de escuela y aprendizajes. Observando todo, siempre estuve muy cerca de papá. Me encantaba ver todo lo que significaba organizar un remate. Y de sensaciones, el olor a pasto, a bosta, los compradores levantando la mano. Siempre me crié en esa adrenalina.
-Llegó el momento de estudiar y elegiste Ciencias Políticas en Estados Unidos. ¿Por qué? ¿Qué querías o soñabas hacer?
-Siempre tuve mucha inquietud por las relaciones internaciones, por las Ciencias Políticas, los vínculos sociales, viendo a papá en las relaciones públicas, que ha hecho tantas a lo largo de su vida. Y relaciones internacionales es una carrera corta entonces Ciencias Políticas aparecía como más completa, y mi papá me insistió mucho para que vaya los cuatro años a hacerla en Estados Unidos, que él lo había hecho también hace muchos años. Quería entender cómo funcionan las instituciones, y las decisiones en las sociedades. Más allá de los libros, esos años fueron trascendentes para mí porque me dio independencia, seguridad y confianza para aprender a desenvolverme sola, adaptarme a nuevos desafíos en otro país. Fue más una escuela de vida para mí.
-Terminada la universidad te volviste al país y a trabajar en la empresa con tu papá. ¿Cómo se fue dando el amalgama generacional?
-Me recibí en 2013, tenía 21 años y me vine para Argentina y me metí de lleno en la consignataria. Yo siempre lo ví como una empresa familiar y un desafío. Pero lo cierto es que hasta entonces no me había involucrado en la empresa. Siempre había sido desde la diversión. Ese amalgama se dio naturalmente. Papá siempre fue una persona generosa con todos, no sólo conmigo, sino con todos los que lo rodean. Fue un proceso de aprendizaje, ir ganando mi lugar y él también viendo esa hija que podría ser su sucesora. El me enseñó todo lo de la empresa, las relaciones públicas, la seriedad, la puntualidad en los pagos, a cuidar el nombre de la empresa, y a nunca olvidar que detrás de cada operación o cada negocio hay responsabilidad, seriedad, conducta, clientes de toda una vida.
-¿Cuándo sentiste que estabas para algo más que encargarte de lo administrativo? ¿Hubo un momento o fue un devenir?
-Fue un devenir, al principio quería aprender más lo administrativo porque era donde me sentía más cómoda. Yo no sabía bien lo que era negociar hacienda, me gustaba organizar los remates y estar más en la oficina, no tanto afuera, pero después me fui dando cuenta que podía aportar más afuera, que podía ocuparme de otras cosas que papá ya con su edad quería delegar, y fui aprendiendo de hacienda, del negocio, de remates, estudié martillera y me di cuenta de que me gustaba mucho.
-En un momento surgió lo de sumarte al directorio del Rosgan. ¿Cómo te llegó esa propuesta y qué significa para vos?
-Fui la primera mujer en el Rosgan hace 2-3 años. Fue un buen paso. Pensá que nosotros, mi papá en 2008 fue socio fundador con otras dos consignatarias del mercado ganadero que cambió los remates para siempre con los remates televisados. Y veo que más allá de mi paso por el directorio, hay cada vas más mujeres que se van involucrando y noto que cada vez son más. Cuando entré en la empresa y en todo este mundo ya con responsabilidades tenía 22 años; hoy tengo 34 y veo a la mujer más involucrada en el rubro.
-¿Cómo te fue siendo mujer en el mundo ganadero?
-Siempre fui muy bien recibida, estoy cosechando muchos frutos de mi papá y de mi abuelo que fundaron la empresa. Siempre me recibieron con cariño y respecto. Tengo clientes de 95 años y de 20. Hablo con todas las edades y la mayoría son hombres y siempre fueron muy generosos conmigo.
-¿Cómo está hoy la compra venta de hacienda? Precios, demanda, categorías…
-El ternero sigue firme, hay menos oferta de invernada en general. La vaca subió mucho, me sorprendió la suba, la ternera también se han pagado lotes buenos. Creo que en general es un buen momento para el ganadero y para los remates de cabañas que hemos estado observando y rematando (respuesta a fines de agosto). Hoy en día la conversión vacas-hectáreas está muy pareja y es una oportunidad para el que quiera hacerlo.
-¿Qué marcarías, si es que lo hay, como un cambio importante en el negocio de ustedes?
-Sin dudas los remates televisados, los streaming ahora también, la visibilidad que le da es lo que cambió la comercialización muchísimo.
-¿Qué es lo que más te gusta de lo que hacés hoy?
-Los remates, el día del remate, que ya vas con la tranquilidad del deber cumplido, y si viene saliendo bien es una satisfacción única. Ver el equipo trabajando, todos empujando para el mismo lado, los clientes conformes. Y salir al campo también, que últimamente me estoy involucrando más.
FUERA DEL SURCO
–Te propongo un pin-pong fuera de los corrales. ¿Tenés alguna actividad que se resetee, que te saque de los problemas cotidianos?
-Me gusta mucho la decoración y la moda. El diseño de interiores, por ejemplo. No es algo que haga, porque tampoco tengo tiempo, pero me gusta.
-¿Deporte? ¿Hacés? ¿Hiciste? ¿Te gusta?
-Deportes hice, salí mejor deportista en el colegio, hice danza toda mi vida, hice tenis, golf. Pero ahora, nada.
-¿Música? ¿Qué escuchás?
-De todo, depende el día y el estado de ánimo.
-¿Qué tal te va en la cocina? ¿Tenés algún plato que sea tu especialidad?
-Me encanta. No lo hago seguido porque no estoy mucho en casa. Me gusta más lo dulce. Por ejemplo, el volcán de dulce de leche, es una de mis especialidades.
-¿Comida preferida?
-Asado.
-¿Un lugar en el mundo que te gustaría conocer?
-Portugal.
-¿Y uno que conozcas y quieras volver?
-Italia, me encanta.
-¿Tenés alguna frase que quieras compartir? Una que uses cada tanto, que sea tu motivación o que le digas a otros…-
Una que me quedó siempre de mi abuelo que era una persona muy activa y disfrutaba mucho de lo que hacía y creo papá también y me lo han transmitido es disfrutar lo que uno hace. Siempre decía, “diciendo y haciendo”, pensar y ejecutar. Parte del éxito de las empresas va por ahí.