Según la última encuesta SEA-CREA, tras las elecciones hay un mayor escenario de confianza en la posibilidad de cambios estructurales en la economía. A la par, el relevamiento también confirma el alto daño generado por las inundaciones.

Un total de 1.450 empresarios y 228 asesores que pertenecen a los Grupos que conforman los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) respondieron la última edición de la encuesta SEA, el relevamiento cuatrimestral de expectativas sobre el cual se construye el Índice de Confianza del Empresario Agropecuario (ICEA).

Y en esta ocasión, con las respuestas obtenidas en noviembre, desde CREA subrayaron que hubo “cambios significativos” en el ICEA, que evidenció una “recuperación marcada, lo que se explica principalmente por mejores expectativas sobre la evolución de la economía argentina”.

Básicamente, los resultados de las elecciones y la posterior estabilidad económica parecen haber abierto en el pensamiento de los empresarios del agro la posibilidad de cambios estructurales en la economía argentina, que abren un horizonte de confianza.

Sin embargo, todavía falta para que esta tendencia se consolide: el ánimo inversor continúa bajo, debido a que los productores aún no observan un escenario propicio para desembolsar dinero en nuevos proyectos o ampliaciones de ya existentes.

EL REPUNTE DE LA CONFIANZA DEL AGRO

En concreto, según reportó CREA, el ICEA registró un nivel de 67 puntos para regresar a la situación presente un año atrás, al tiempo que el subíndice de perspectivas futuras alcanzó el nivel más elevado desde marzo de 2026.

No sucede lo mismo con el subíndice relativo a la situación presente, que sigue estancado.

En tanto, si bien los subíndices correspondientes a la situación del país del sector agropecuario y de la propia empresa mostraron un avance en el último trimestre, sigue existiendo una brecha importante entre estos.

“La recuperación del ICEA está fundamentada en la posibilidad de que el ordenamiento de la situación macroeconómica permita generar los cambios microeconómicos necesarios para mejorar la competitividad de los negocios y la sostenibilidad de las empresas, promoviendo así el crecimiento y desarrollo de las comunidades en las que operan”, mencionó Ariel Angeli, líder de la unidad de Investigación y Desarrollo de CREA.

La contracara, como se advirtió, es que los encuestados todavía no perciben que sea un buen momento para realizar inversiones: solo el 29% indica que las condiciones actuales son propicias para ello.

LOS DAÑOS DE LAS INUNDACIONES

Por otro lado, el informe también indagó en cómo repercuten los excesos hídricos: un 29% de los encuestados dijo sufrir anegamientos que comprometieron, en promedio, un 24% de la superficie productiva.

Los mayores inconvenientes, como era de esperar, se registran en la provincia de Buenos Aires.

“Más allá de la superficie que no se puede cosechar o sembrar por estar inundada, los anegamientos generan además disrupciones en sistemas ganaderos y lecheros, problemas sanitarios, impedimentos logísticos y complicaciones financieras, entre otros muchos problemas”, comentó Angeli.

EL MAÍZ TARDÍO PASA AL FRENTE

Por último, en lo que respecta a la planificación de la campaña agrícola 2025/26, entre los consultados se prevé un crecimiento sustancial del área de maíz tardío con respecto a 2024/25, además de crecimientos más moderados de girasol y maíz temprano.

La mayor reducción de superficie agrícola de la campaña en curso corresponderá a la soja, principalmente por las condiciones de precios relativos menos favorables para la oleaginosa.

“Las proyecciones de área por sembrar podrían experimentar modificaciones en las próximas semanas en función de la disponibilidad de superficie que sigue afectada actualmente por anegamientos”, aclaró Angeli.