Para ganar el partido agrícola: en Las Rosas, Ponzio arma la delantera con soja, maíz y girasol

El ex capitán de River Plate se consolida como productor en Las Rosas, Santa Fe. Entre mapas de rendimiento, híbridos de maíz y estrategias de siembra, Ponzio transita una segunda carrera que combina disciplina, curiosidad y trabajo en equipo.
Después de colgar los botines, Leo Ponzio eligió volver a su tierra, Las Rosas, en el corazón agrícola de Santa Fe. En esta oportunidad, renovando su vínculo con NK Semillas como embajador y eligiendo los productos de la marca.
Lo que empezó como una búsqueda de conexión con sus raíces, hoy se transformó en una actividad que lo apasiona y lo desafía tanto como el fútbol profesional: producir granos con eficiencia y tecnología.
“Leo es una persona metódica, observadora. Quiere entender cada decisión técnica, cada mapa, cada ambiente del lote”, describe su asesor agronómico, Matías Capponi, mientras recorren el establecimiento Los Abuelos, un campo de 82 hectáreas que Ponzio maneja junto a su familia.
En esta campaña 2025/26, el ex futbolista apuesta nuevamente por los tres cultivos que dominan la zona: maíz, soja y girasol.
Pero detrás de esa elección hay un plan agronómico estructurado, que combina manejo de ambientes, análisis de suelo y uso de herramientas digitales para optimizar cada metro del lote.
“Armé un buen equipo técnico”: en Las Rosas, Leo Ponzio golea con los rindes de maíz
UNA CAMPAÑA PLANIFICADA AL DETALLE
El proceso arrancó temprano, con lluvias otoñales que cargaron bien el perfil de humedad y dieron margen para una siembra ordenada.
El maíz se implantó el 23 de septiembre, el girasol a mediados del mismo mes, y la soja tendrá su turno a fines de octubre.
- Para maíz seleccionó los híbridos NK 835 VIPTERA3, NK 855 VIPTERA3 y NK 825 VIPTERA3 CL, tres materiales con alto potencial y adaptabilidad.
- En el caso de girasol, la elección fue NK 3969 CL, NK 3979 CLHO, SYN 3970 CL, SYN 3939 CL y hace su estreno en el lote familiar de Leo Ponzio el nuevo girasol del porfolio: el NK 3949 CL, un híbrido que llega para levantar los pisos de producción.
- Para soja, la variedad 47×24 E STS NK volverá a sembrarse por su altísimo potencial, buen perfil sanitario y agronómico, y porque responde mejor en aquellos lotes de alta productividad como el lote en Las Rosas, buscando superar el índice ambiental para esa zona de 3.500 a 4 mil kg/ha.
“Trabajamos con la plataforma Cropwise para ambientar los lotes”, explica Capponi. “A través de imágenes satelitales y datos históricos, definimos dos ambientes productivos para cada cultivo y así ajustar la densidad y la fertilización”, agrega.
El resultado es una agricultura de precisión aplicada a escala familiar. “No se trata solo de sembrar y esperar —cuenta el asesor—, sino de leer el campo como un sistema. Y Leo está muy involucrado en eso: quiere saber por qué cada híbrido se comporta de determinada forma o cómo influye la densidad en el rendimiento”.
En la última campaña, esa mirada meticulosa dio frutos: el maíz superó los 12.000 kilos por hectárea, la soja rindió 55 quintales y el girasol promedió 24 quintales. Números que en la zona núcleo reflejan un manejo ajustado y una ejecución precisa.
OTRA CARRERA CON MENTALIDAD DE EQUIPO
Lejos de los flashes y los estadios, Ponzio repite en el campo muchos de los valores que lo llevaron a ser referente en River: trabajo colectivo, estrategia y adaptación.
“En esto también hay equipo”, suele decir mientras analiza los mapas junto a Capponi y al extensionista Guillermo Allo, con quien comparte decisiones técnicas sobre densidades, fertilización y manejo sanitario.
“Es muy parecido al fútbol: se planifica, se ejecuta y se corrige en función del resultado”, apunta Allo. “Leo busca aprender, pregunta por los híbridos, por las malezas, por los nutrientes. Tiene la cabeza de un líder, pero ahora aplicada al campo”, completa.
La rotación de cultivos, la elección de materiales y la diversificación de fechas de siembra son parte de una estrategia que combina prudencia y ambición. En esta campaña, el objetivo es superar los registros del año pasado, aprovechando un inicio climático muy favorable y suelos con buena humedad acumulada.
TECNOLOGÍA, RENDIMIENTO Y APRENDIZAJE
En Los Abuelos, cada lote cuenta con un historial detallado. Los análisis de suelo determinaron las dosis de urea y arrancadores (MAP con zinc) para maíz, y un manejo diferenciado en girasol, con mayor densidad y fertilización ajustada. También se realizaron ensayos comparativos de densidad en los tres cultivos para medir su impacto sobre el rinde.
“El objetivo no es solo lograr más kilos, sino entender por qué se logran”, explica Capponi. Y completa: “Por eso planteamos tres densidades distintas en maíz —de 40.000 a 100.000 plantas por hectárea— y distintas poblaciones en girasol. Leo quiere ver esos resultados, aprender del proceso y trasladarlo a campañas futuras”.
El campo de Ponzio, ubicado en una de las zonas más productivas del país, también se transformó en un punto de encuentro para otros productores y técnicos de la región. Allí se intercambian experiencias, se comparan estrategias de manejo y se prueban tecnologías de agricultura digital.
DE LOS APLAUSOS AL CONOCIMIENTO SILENCIOSO
“Acá los resultados se ven en los granos, no en los gritos de la tribuna”, dice Capponi con una sonrisa, aludiendo al cambio de escenario de su asesorado. Ponzio, por su parte, suele recorrer el lote temprano, con la misma calma y concentración que mostraba antes de una final.
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Su vínculo con la producción agropecuaria no es nuevo, pero ahora lo asume con plena dedicación. “Después del fútbol, necesitaba seguir compitiendo, pero de otra manera. En el campo, la competencia es contra uno mismo y contra la naturaleza. Es otro tipo de adrenalina”, reconoció en una charla reciente con técnicos de la zona.
Esa mentalidad lo llevó a incorporar tecnologías de precisión, rotaciones bien pensadas y un enfoque sustentable, que busca equilibrar productividad y cuidado del suelo.
“Lo que aprendí en el deporte —la disciplina, el trabajo en equipo, la constancia— también sirve acá. La diferencia es que ahora el rival puede ser el clima”, comenta entre risas.
UNA APUESTA A LARGO PLAZO
El proyecto de Ponzio como productor no es una aventura pasajera. En Las Rosas ya se habla de su campo como un modelo de manejo ordenado, donde se prueban nuevas prácticas y se combinan saberes tradicionales con tecnología moderna.
“Leo entiende que el campo no es solo sembrar y cosechar —destaca Allo—. Es planificar a largo plazo, pensar en la rotación, en la conservación del suelo y en la eficiencia de los recursos. Tiene una mirada de continuidad que muchos productores jóvenes están empezando a adoptar.”
En los próximos meses, los ensayos de maíz, girasol y soja del establecimiento Los Abuelos se seguirán monitoreando para evaluar respuesta a densidades, fertilización y potencial de cada híbrido. Y aunque los resultados llegarán recién con la cosecha, en Las Rosas ya se percibe una certeza: el ex capitán de River encontró en la agricultura otro terreno donde seguir liderando.
DEL MEDIOCAMPO AL AGRO, UNA MISMA FILOSOFÍA
El recorrido de Ponzio sintetiza una historia que se repite en muchos pueblos del interior: la de quienes vuelven a sus raíces para construir desde otro lugar. En su caso, el fútbol y el agro se unen bajo una misma lógica: esfuerzo, estrategia y compromiso.
Y mientras las plantas crecen bajo el sol santafesino, Leo Ponzio sigue atento a cada detalle, convencido de que —como en el deporte— el éxito en el campo también se gana día a día, con trabajo, paciencia y pasión.
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