En el partido de Carlos Tejedor, la siembra agrícola está estancada: la inversión es alta, la renta es baja, y el riesgo climático también cada vez más alto. Los malos precios internacionales y la carga impositiva juegan su papel.

Por Dante Garciandia – comerciante y productor de Carlos Tejedor

Las precipitaciones ocurridas (y muy mal distribuidas) en las últimas campañas en el oeste bonaerense han marcado el ritmo de siembra e implantación de los distintos cultivos agrícolas (símil también para el área de forrajeras perennes para productores ganaderos y tamberos).

En los últimos años, ya tuvimos 2 graves inundaciones y 3 graves períodos secos. Con una media anual de 850 milímetros.

El área de siembra agrícola está estancada: es imposible realizar cultivos en lotes donde tienen alta chance de fracaso o rindes bajos por el ambiente en sí, se necesita apuntar a acotar hectáreas de siembra y mejorar planteos técnicos con mejores rindes, la inversión es alta, la renta es baja, y el riesgo climático cada vez más alto.

Los malos precios internacionales y la carga impositiva juegan su papel, por eso los distritos con área ganadera y buen número de vacas (a pesar de que también esta cayendo), el productor está reemplazando área en agricultura a ganadería permanente.

Una buena para la zona y el distrito es la relación soja/gramínea, donde en las ultimas 5 campañas se mantiene 1 a 1.

También nos toca como novedad, el ingreso del cultivo de maní, economía regional, que en busca de crecer en hectáreas pisa cada campaña más fuerte. Se nos hace difícil determinar si generan movimiento en la localidad y el famoso derrame, ya que se mueven en conjunto con un sistema completo donde es mejor adaptarse sino quedas afuera.

Pero es una realidad que, a mayor área de siembra total, es un beneficio para todos: está claro que derrama movimiento económico en nuestros pueblos (contratistas, insumos, venta de repuestos, combustible, y todo lo indirecto). Pero es el productor el que tiene que tener las reglas claras de juego, ya que es el que más arriesga, y también el eslabón más débil de una enorme cadena (de los cuales la mayoría lleva agua para su pozo).

Y la producción obtenida, muy irregular, marcada por los ambientes y como se nos den las precipitaciones, también pone en juego mucho trabajo generado (fletes, venta de silobolsas, cerealeras, puertos, combustible). Que el distrito se lo llame y muy bien ganadero-agrícola y que produzca 700.000 toneladas de grano, gran número generador de divisas, y donde en muchas zonas no hay ni siquiera buenos caminos rurales para mover la producción.

Se habla de rindes históricos en trigo, y ojalá así sea, pero hay lugares del oeste bonaerense donde se llega al campo en bote... El récord será sólo para algún político “distraído” queriendo llevarse alguna tajada o la foto de turno.

En años de buenos rendimientos, que no quiere decir buenos márgenes, se le exige al productor “sea solidario”, pero con precios o clima en contra esos mismos miran para otro lado.

El productor viene de una sequía histórica, zafamos de una grave inundación. Reglas claras a largo plazo, no se pide tanto.