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Nació en Alemania y estudió en Canadá, pero eligió vivir y enseñar en La Pampa: Elke Noellemayer cree que “hay mucho chanta? ofreciendo soluciones para el secuestro de carbono

Fuente: Bichos de Campo 25/06/2024 08:51:17 hs

Elke Noellemayer lleva mucho tiempo estudiando los suelos argentinos y haciendo docencia al respecto en la Universidad Nacional de La Pampa. Ya convertida en toda una eminencia al respecto, la especialista nacida en Alemania y que estudió en Canadá, es responsable de una plataforma multidisciplinaria de profesionales que estudian el suelo, y que se llama

Elke Noellemayer lleva mucho tiempo estudiando los suelos argentinos y haciendo docencia al respecto en la Universidad Nacional de La Pampa. Ya convertida en toda una eminencia al respecto, la especialista nacida en Alemania y que estudió en Canadá, es responsable de una plataforma multidisciplinaria de profesionales que estudian el suelo, y que se llama Agsus (Agroecosistemas saludables).

Elke nació en Alemania, en la zona industrial de aquel país europeo. Estudio su carrera en Canadá, donde se especializó en suelos. Al terminar la misma, se preguntó a ella misma que hacer, y donde llevar a cabo sus conocimientos obtenidos. Creyó que ni Alemania ni Canadá eran lugares para llevar la ciencia a la práctica. Entonces se decidió por Argentina primero, recalando en Buenos Aires, para luego mudarse a La Pampa.

En estos 40 años que Elke lleva en Argentina, no solo se convirtió en referencia en materia de investigación de suelos, sino que también es productora ganadera.

Los senderos de la investigación y el conocimiento llevaron a esta alemana viajera a una contradicción, y en medio de un debate global respecto de las emisiones contaminantes de carbono y el rol que puede tener la agricultura como mitigante.

Según la mayoría de los especialistas y científicos, las emisiones de carbono de las industrias de los países desarrollados está generando efectos visibles en el cambio climático, y los países más postergados, como Argentina, son vistos como cajas de ahorro donde se puede secuestrar el carbono que se emite como parte del desarrollo humano, y de esa forma, mitigar los efectos nocivos. Es decir, que Elke estudia en La Pampa los impactos del secuestro de carbono que, en parte, emana su región de origen, en un poblado industrial alemán.

Es por esto que luego de desarrollar una extensa carrera académica, Noellemayer decidió junto a un grupo de especialistas interdisciplinarios, crear Agsus, una plataforma que brinda herramientas para profesionales y permite medir correctamente el carbono secuestrado, frente a una definición muy argentina, pero que vierte Elke en su diálogo con Bichos de Campo: “Hay mucho chanta dando vueltas ofreciendo soluciones para el secuestro de carbono”, sentencia.

Es que Agsus, según describe su responsable, propone un protocolo que integra todo el conocimiento que generó esta red de especialistas, con el objetivo que tanto el productor como los profesionales agrónomos tenga capacitación para entender “qué están haciendo y cómo lo están haciendo”.

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Los “chantas” a los que hace mención Elke, según ella entiende, son aquellos que se ofrecen fórmulas mágicas, pero que no tienen ni metodologías, ni protocolos. De acuerdo a lo que explica la especialistas, muchas son plataformas de moda, que se ofrecen para medir el carbono secuestrado en el suelo, para luego vender esa capacidad de secuestro como bono a las empresas contaminantes. “Muchas veces lo que se ofrece está modelizado. Las plataformas que usas las empresas muchas veces se basan en niveles de modelos que no tienen ni validación ni calibración en nuestros sistemas de producción y nuestros suelos”.

A raíz de esto, el equipo fundador de Agsus, que dirige Noellemeyer, se planteó: “Nosotros con la experiencia que tenemos, podemos proponer un protocolo que integre todo el conocimiento que tenemos y hacer algo que es factible para el productor, pero a su vez también tiene esa componente de capacitación, de educación”.

“Damos muchas capacitaciones para colegas profesionales. De hecho, siempre tenemos el WhatsApp abierto a cualquier consulta. Para la medición capacitamos profesionales específicamente para que ellos puedan actuar dentro de nuestro protocolo para tomar datos. Porque en cada protocolo, en procesos de certificación, tiene que haber trazabilidad e independencia. No puede ser la misma persona la que toma el dato y lo certifica. Y los datos que se generan por alguien tienen que tener un camino trazable hacia el organismo que lo certifica. Entonces, todo eso está especificado en el protocolo nuestro”, explica la responsable de Agsus sobre la plataforma que creó junto a su equipo.

Mirá la entrevista completa con Elke Noellemayer:

Elke describe una gran diferencia entre su protocolo y otros: “Nosotros medimos con muestreos de campo. No modelizamos, no inventamos nada. No calculamos la huella de carbono en lo que son los programas de secuestro de carbono. Lo que hacemos es, en intervalos de cinco años, tomar un muestreo de suelo en ambientes. El campo donde participa tiene que estar ambientado para que las condiciones de variabilidad del contenido de materia orgánica sea menor. Entonces podemos reducir la densidad de muestreo y hacer con mínimo cinco puntos por ambiente y después se agrega un punto cada 100 hectáreas más, hacer una densidad de muestreo que sea factible hacer. Entonces se hace un muestreo en línea base y otra vez a los cinco años y calculamos el stock de carbono de este suelo”.

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“En el término intermedio, como proceso de verificación, implementamos la evaluación visual. En la evaluación visual, capacitamos los profesionales para que lo puedan llevar a cabo. Se toman en cuenta 12 indicadores visibles en el suelo, le asignamos un puntaje y con eso sale un puntaje final de calidad del suelo o de salud del suelo”, cuenta Noellemeyer, para aclarar luego que el fin de todo este proceso, es analizar la salud del suelo.

Otro de los fines de Agsus, es convertir este debate global que muchas veces queda alejado de un productor, como algo que cada agricultor pueda ver el suelo, seguirlo y evaluar su salud. “Lo puede verificar, no es un dato que surge de la nada. Y además esta evaluación visual del suelo ayuda mucho a tomar o corregir las decisiones. Hay muchos productores interesados también, por ejemplo. Eso te permite ver si tu suelo, en las cuestiones más críticas, está en peores condiciones, o si van mejorando. Y se ve”, dice Elke.

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-¿Esto lo puede hacer un productor en su campo con herramientas que él mismo tiene?

-Sí. Para el programa de certificación necesita que eso lo haga un tercero, porque él estaría interesado en un buen valor, ¿no? Entonces tiene que ser una persona imparcial. Es un profesional formado por nosotros que va al campo y hace la certificación. Toma los datos, los datos los manda a nosotros y nosotros certificamos.

-Hablaste de los chantas que están dando vueltas. ¿Ves también que hay algo de hipocresía de muchas de las empresas que con estos bonos compran una caja fuerte con carbono en otros continentes y con eso lavan un poco las culpas?

-Es un poco ver dónde están los intereses y si nosotros podemos coincidir con esos intereses. Mi interés no está en vender bonos de carbono para que una industria farmacéutica o petrolera salga con carbono cero. Mi interés es mejorar la salud de nuestros suelos para preservar la base de nuestra sociedad, porque sin suelo no podemos vivir. Y si se puede, hacemos un rédito económico. No es contradictorio conservar el suelo y producirlo. Eso lo estamos viendo. Hay que buscar en cada caso. Obviamente no hay recetas, cada caso es distinto, pero siempre hay una solución para mejorar el suelo y para tener buenos ingresos. Eso es factible.

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-Naciste en una zona industrial de Alemania, estudiaste en Canadá y ahora estudiás los suelos de La Pampa. Entendés los dos puntos de la discusión, el industrial y su solución, ¿no?

-El campo de acción para aplicar y para también convertir eso que dijimos, la ciencia, el conocimiento, en práctica es acá. Porque si vos te fijás hoy en día, cuáles son los países que tienen más siembra directa, y en cuáles son los países donde ya la adopción de cultivos de cobertura es algo común, ves que son Argentina, Brasil, parte de Brasil, y no todo. Vas a Estados Unidos, nada que ver. Europa ni hables de siembra directa.

-¿Puede escalar la adopción de siembra directa en otros países?

-No le veo mucha adopción. No, porque allá las condiciones de producción están más dirigidas por los subsidios y por las regulaciones de la comunidad europea, y las superficies son tan chicas que tampoco se justifica, digamos, mucha maquinaria, así que no lo veo.

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-¿Cómo llegaste a La Pampa?

-A La Pampa porque no sé, a mí siempre me gustó el monte, las extensiones que hay acá. La gente, porque es una provincia nueva, hay mucha gente que como nosotros somos recién llegados.

-¿Sos productora ganadera en la región del Caldenal?

-Sí, tenemos un campo de cría y producimos terneros. Pero eso es también una actividad muy muy linda porque la verdad que el paisaje del monte y tener las vacas que tienen una vida feliz, están en su ambiente natural, eso es muy lindo. A nosotros nos están contactando por lo menos un productor por semana que tiene justamente esa vocación, que quiere participar del programa de certificación porque quiere saber si está haciendo las cosas bien. Y eso es una muy buena noticia, porque también hay muchos mitos sobre los productores que les da lo mismo. Bueno, algunos sí, pero muchos no. Por eso digo, hay que captar y valorizar los recursos que existen y que permiten encaminar un pequeño cambio.

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