El desarrollo no espera: consensos, infraestructura y confianza para un país posible
Cada vez que recorremos nuestras rutas, puertos o caminos rurales, constatamos algo que no admite demoras: las obras de infraestructura no pueden seguir siendo una asignatura pendiente.
Por Miguel Simioni – Presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario
La agenda productiva de un país como Argentina es amplia y abarca a un vasto entramado de sectores, de diferentes escalas y condiciones.
En este contexto, la búsqueda de consensos entre los distintos actores para establecer prioridades y avanzar en soluciones concretas ante los principales desafíos, resulta fundamental.
Esta es una convicción firme que tenemos desde la Bolsa de Rosario, institución que en los últimos años se convirtió en un espacio de encuentro, diálogo y debate de ideas de referencia para todo el arco político, empresarial e institucional, en torno los asuntos que hacen al desarrollo de la actividad económica y social de nuestra región y del país todo.
Estas afirmaciones se han repetido en un sinfín de ocasiones, aunque en el caso de la BCR, no nos quedamos en la mera enunciación y pasamos a la acción de manera sostenida.
Para ello fue necesario delinear una agenda de asuntos públicos -en conjunto con la Bolsa de Comercio de Santa Fe- que fuera potente y contemplara las principales problemáticas del sector, pero al mismo tiempo materializable.
A lo largo de esta gestión, más de la mitad de los puntos señalados fueron objetivos cumplidos. Claro que aún queda mucho camino por recorrer y siguen existiendo asuntos que merecen la pena abordar detenidamente.
EL DESAFÍO DE LA INFRAESTRUCTURA
En este marco, un desafío crítico a la hora de pensar en el desarrollo económico argentino basado en el incremento de la producción es la infraestructura.
Cada vez que recorremos nuestras rutas, puertos o caminos rurales, constatamos algo que no admite demoras: las obras no pueden seguir siendo una asignatura pendiente.
Los trabajos que mejoran la conectividad, optimizan la logística y reducen los costos no son un lujo: son condiciones necesarias para que nuestra producción crezca y se sostenga en el tiempo.
Contar con una red vial moderna, accesos portuarios eficientes y una hidrovía navegable y sustentable no solo impulsa a la agroindustria, sino que beneficia a las economías regionales, a las pymes, al empleo y al desarrollo del interior.
Celebramos cuando esas obras se convierten en realidad, tal como sucede en el Gran Rosario y los accesos portuarios, donde la Provincia puso en marcha trabajos en arterias clave como la Autopista Rosario Santa Fe y la Ruta 91; obras que fueron financiadas en el Mercado de Capitales con bonos emitidos en el Mercado Argentino de Valores.
Pero también sabemos que no alcanza con celebrarlas: hay que planificarlas, financiarlas y ejecutarlas con visión de futuro. Por eso, la articulación público-privada debe dejar de ser una expresión de deseo para transformarse en una práctica cotidiana.
El proceso licitatorio de la Vía Navegable Troncal es una oportunidad estratégica. No podemos dejarla pasar. Debemos garantizar un sistema competitivo, eficiente, ambientalmente sostenible y con reglas claras. Porque no se trata solo de mover barcazas: se trata de mover la economía de un país.
LAS RETENCIONES Y EL ESQUEMA TRIBUTARIO
Sin embargo, la infraestructura por sí sola no alcanza. También es urgente revisar el esquema tributario. No podemos seguir castigando con impuestos distorsivos a quienes invierten, producen y generan empleo.
La baja de retenciones debe ser un primer paso hacia su eliminación definitiva mediante una reforma más justa, que aliente el desarrollo y devuelva previsibilidad al sector agroindustrial.
Desde nuestra institución, impulsamos propuestas concretas. Un ejemplo es el nuevo pagaré vinculado al valor del producto, que permitirá un financiamiento más adecuado a la lógica del campo.
Un nuevo instrumento financiero para los productores: ya se pueden emitir pagarés a valor producto
Esta es una herramienta más entre todas la oferta de servicios que la Bolsas y sus mercados disponen para dinamizar y potenciar a empresas agropecuarios y de otros sectores productivos.
La clave está en recuperar la confianza. Cuando se honra la palabra, cuando hay diálogo honesto y compromiso compartido, las transformaciones suceden. Necesitamos continuidad, acuerdos estratégicos y visión de largo plazo. Porque lo que está en juego no es una cosecha ni un sector: es la dignidad de trabajar y progresar en esta Argentina que todos queremos ver crecer.
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