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El trigo sueña en grande: 30 kg de nitrógeno por tonelada, el secreto para altos rindes y calidad

Fuente: Infocampo 23/11/2025 08:22:03 hs

Con perfiles hídricos recompuestos y un manejo más preciso de la nutrición, el trigo recupera protagonismo en la zona núcleo. Gustavo Ferraris revela las claves técnicas que permiten proyectar volúmenes históricamente impensados.

Después de cinco campañas marcadas por la falta de humedad, la película cambió. Y para el trigo, el cambio fue directamente de género: de drama a épica productiva.

La recuperación de los perfiles fue el evento más determinante de esta campaña. Ese techo que imponía la sequía desapareció y volvió la expectativa de rendimiento”, aseguró Gustavo Ferraris, especialista en nutrición de cultivos de INTA Pergamino, durante la Jornada Técnica de Trigo de DonMario Más en Chacabuco.

Genética, rotación y sanidad: el trigo también se hace fuerte de la mano del recambio varietal

El nuevo contexto motivó una mayor inversión en insumos y fertilización, destrabando decisiones que hasta hace meses se razonaban a la defensiva. Según Ferraris, “cuando hay agua en el perfil, el productor vuelve a jugar a ganar”.

Sin embargo, también hubo desafíos: en zonas bajas y saturadas, se observaron pérdidas de nitrógeno por lixiviación y anoxia, lo que obligó a ser más quirúrgicos en los ajustes de manejo.

Aun así, la tendencia es clara: Argentina podría superar los 24 millones de toneladas, cifras que hasta hace poco eran consideradas “utópicas”.

TRIGO: LA IMPORTANCIA DEL NITRÓGENO

Si hay una ecuación que define el nuevo estándar productivo, es esta: “30 kg de nitrógeno por cada tonelada de rendimiento esperable, nitrógeno en suelo más fertilizante”, indicó el entrevistado.

“Esto no es un número caprichoso: es el resultado de años de ensayos y permite alcanzar proteína del 10,5% en variedades de calidad intermedia”, explicó Ferraris en diálogo con Infocampo.

Pero el trigo tiene una particularidad: su rinde se construye de manera progresiva y el potencial final no se conoce al inicio del ciclo. Por eso, la estrategia no puede quedar congelada en la siembra.

“El manejo debe ser flexible. Hay que animarse a corregir durante el ciclo si vemos que el ambiente habilita más rendimiento. Lo peor que puede pasarnos esta campaña es quedarnos cortos de nitrógeno”, subrayó.

Ferraris lo sintetizó en una frase que circuló fuerte en el auditorio: “El que se queda quieto con el nitrógeno, pierde rinde”, sentenció.

TRIGO: COLUMNA VERTEBRAL DEL SISTEMA

El renacer del trigo no se explica solo por los números en cosecha. Su aporte al sistema es cada vez más estratégico, especialmente en la región núcleo, donde habilita el doble cultivo y mantiene el suelo productivo durante nueve meses.

“El trigo es el cultivo más sustentable del sistema: aporta sanidad, mejora balances de nutrientes y reduce la presión de malezas”, afirmó el especialista.

Un dato concreto que lo respalda es que la continuidad de una soja de segunda sobre el trigo puede llegar a reducir las aplicaciones de herbicida de manera notoria.

Una soja de primera demanda al menos 4 aplicaciones de herbicidas; en cambio, en una soja de segunda sobre trigo, suele ser suficiente con una sola aplicación”, dijo el ingeniero agrónomo.

Ese efecto derrama eficiencia económica y ambiental en toda la rotación. “Sin trigo, la soja y el maíz rinden menos; el trigo ordena el sistema y lo empuja a mejorar”, expresó convencido. En un contexto de exigencia global por sustentabilidad, este valor sistémico comienza a tener tanto peso como los kg/ha.

EL RINDE SE PAGA: REPONER FÓSFORO Y AZUFRE

El otro lado de la moneda es el desafío técnico que se abre para los cultivos de segunda. Un trigo que rinde más extrae más nutrientes y moviliza reservas que quedan en el rastrojo. Por eso, al pensar en soja de segunda, el ajuste nutricional es obligatorio:

“Si fertilizaste para 5.000 kg/ha y el lote te dio 6.500 kg/ha, tenés que corregir fósforo y azufre sí o sí. Si no, la soja paga el costo del éxito”, advirtió Ferraris.

La campaña ayuda: las lluvias acompañan y permitirían sembrar soja de segunda con buena humedad inicial, algo que no ocurría hacía años.  “No alcanza con que el trigo rinda mucho: hay que sostener el sistema en equilibrio. La próxima campaña empieza hoy”, sentenció.

Con mejores ambientes, manejo más fino y un cultivo que recupera espacio y reputación, el trigo vuelve a ser motor de rentabilidad y pilar de sustentabilidad. Ferraris lo resumió con una sonrisa que mezcló alivio y ambición:

“Hace poco, pensar en 20 millones de toneladas era una fantasía. Hoy es una posibilidad concreta. El trigo vuelve a soñar en grande”, concluyó.

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